A MI TIO EL QUE AMA LA LITERATURA
Por
mi tío aprendí a amar la literatura. Un héroe que me dejó cientos de historias
y enseñanzas. Hoy lo menos que puedo hacer es honrarlo, reviviendo la
emoción que me dejó la vez que me contó que iba a
escribir un libro, sentado frente a un computador obsoleto pero eficiente. Mi
tío es tal vez la persona que más rápido
he visto tecleando.
Se
fue y no hice nada para impedirlo, empacó maletas en un solo día, guardó la
cafetera y la colección de libros de José Saramago e Isabel allende. El apartamento estaba vacío y
el tiquete del avión ya estaba comprado.
Canceló
la suscripción del cable de televisión, se despidió de sus plantas, asistió a
varias despedidas que le organizaron.
¡Y
me dio rabia!
Me
dio rabia porque se fue a ser feliz con él. Se fue a su ciudad a la que conoce
de norte a sur, a descansar como el solo
sabe hacerlo, a caminar por calles
coloniales, a visitar museos, a tomar café negro como la noche, caliente como el
infierno y suave como abrazo de mujer y sobretodo inmortalizó el momento en que
se fue.
Hoy
ya hace varios años, y puedo decir que a eso si le puede llamar una despedida y
me pregunto si seré parte de su pasado como una mancha distante sin cabida en
su nueva vida feliz.
Por
eso es que siempre dejo ir a la gente porque se va a ser feliz y feliz con lo
mínimo
…con
lo mínimo necesario sobrino
JORGE
BOTERO CAMPUZANO
Magangué,
2.014
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